miércoles, 12 de septiembre de 2012

Podía ganar o no el concurso, pero mi proyecto era perfecto”


A sus 30 años el realizador David Victori acaba de ganar la lotería. Fue el domingo por la tarde, en el Lido de Venecia, cuando el actor Michael Fassbender anunció el ganador del concurso de cortometrajes que YouTube puso en marcha hace unos meses. Victori, camisa negra, zapatillas con muchos kilómetros a sus espaldas, recibe a este diario en una suite del Hotel Excelsior. Se pasea por allí como el que levita y, si uno pone la oreja contra la pared, puede oírle hablar con la BBC inglesa.
Ahora, con 390.000 euros en sus manos, apadrinado por Ridley Scott y con el mencionado Fassbender dispuesto a trabajar para él, este joven de Manresa (Barcelona) que empezó a trastear con cámaras casi por casualidad tiene una oportunidad única de poner una pica en Flandes: “Recuerdo el día que pensé: ‘Quiero dedicarme a contar historias’. Lo recuerdo muy bien. Me apunté a teatro porque me olía que allí había algo para mí. Fue en Els Carlins de Manresa, con Alicia Puerta. Estuve unos años con ellos. En una obra en la que interpretaba a un soldado me tocaba salir al escenario en solitario, con un fusil en las manos. Detrás de mí sonaba una opera a todo volumen. Aparecía a cámara lenta, me disparaban y moría. Después de eso recuerdo que abrí un poco la cortina del teatro desde detrás del escenario para ver a mi familia, que había venido a verme: estaban todos llorando y no eran lágrimas fugaces, era auténtico llanto. En ese momento pensé que no sabía muy bien lo que estaba pasando pero que me gustaba mucho esa sensación, ese poder, ese truco de magia que puede hacer que te emociones en la vida real”.
Victori ha ganado este concurso después de tres cribas, hasta que la terna de aspirantes quedó reducida a diez y las sensaciones se estrecharon: cada uno de los finalistas debía presentar un proyecto que solo se materializaría si ganaba. “Yo ya me daba por satisfecho con quedar entre los 50 semifinalistas, así que cuando llegué a la final fue una sorpresa. Ahora bien, una vez llegados allí estaba tan contento con el proyecto que me encontraba muy tranquilo. Podía ganar o no el concurso pero la verdad es que mi proyecto era perfecto”, explica.
Naturalmente, el director no quiere desvelar más, aunque adelanta que es “un proyecto de ciencia-ficción que rescaté de una libreta y que pensé que podría funcionar en forma de corto”. El trabajo que ha permitido a Victori tocar una recompensa tan jugosa se llama La culpa y es una excelente pieza sobre la venganza y el remordimiento, en forma de pescado que se muerde la cola o, aún mejor, de palíndromo. “Todo fue bastante simple en realidad, yo había hecho corto mucho antes de saber de la existencia del concurso [se estrenó en el festival de Sitges de 2010]. Cuando vi en su web [DE YOUTUBE] la posibilidad de presentarme lo consulté con mis productores y lo hicimos. Nunca pude soñar que pasaría esto: es demasiado”.
Ahora, este antiguo asistente de Bigas Luna, que andaba de reuniones por Los Ángeles y que recientemente ha conseguido representación de una de las agencias más poderosas de Hollywood, tiene un billete para Londres. Allí se reunirá con Scott Free, la compañía de los hermanos Scott (Ridley y el desaparecido Tony) para ejecutar la agenda prevista. El 28 de febrero del año que viene el proyecto (un corto o webserie) debe estar listo para volar en solitario. “No sé si querrán trabajar en Londres o en Los Ángeles, a mí donde me digan”, dice Victori con una sonrisa de un palmo. De momento, Fassbender ya se ha quedado con su cara: “Me dijo que seguramente en el futuro me llamaría para pedirme trabajo. Yo le dije que le haría un casting y que si daba la talla lo cogería” [RISAS].

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